El drenaje linfático es una técnica terapéutica que se emplea para activar el sistema linfático del cuerpo. Este sistema es crucial para eliminar toxinas y desechos, así como para regular el equilibrio de líquidos en el organismo. Durante una sesión de drenaje linfático, se realizan movimientos suaves y repetitivos que imitan el flujo natural de la linfa a lo largo de los vasos linfáticos. Estos movimientos ayudan a despejar bloqueos y congestiones en el sistema linfático, facilitando la eliminación de líquidos y toxinas.
El drenaje linfático se utiliza para tratar una variedad de problemas, como la retención de líquidos, la celulitis, la hinchazón, y para promover la cicatrización de tejidos. También es útil en el cuidado antes y después de cirugías estéticas o reconstructivas, ya que puede reducir la hinchazón y acelerar la recuperación.
Es fundamental que el drenaje linfático sea realizado por profesionales entrenados, ya que se necesita un entendimiento profundo de la anatomía y la fisiología del sistema linfático para aplicar la técnica de forma segura y efectiva. Cada sesión puede durar entre 30 minutos y una hora, dependiendo de las necesidades individuales del paciente.